Situada en el barrio judío de Labastida, la bodega consta de cuatro casas y un patio trasero. Bajo ellas se encuentra un curioso y divertido entramado de cuatro cuevas diferentes que datan de entre los años 1400-1500, un excelente espacio para el reposo de sus caldos.

500 barricas de diferentes tipos de robles descansan en la parte superior, manteniéndose durante todo el año a la misma temperatura y humedad de manera natural.

La viticultura ha estado siempre unida a la familia. Sus antepasados han vivido en Labastida y sus alrededores, rodeados de cuevas, viñedos y jarros de vino y generación tras generación, de padres a hijos, nos han ido transmitiendo su amor y su pasión por el vino y la tierra.

Veinticuatro hectáreas propias, seis alquiladas y dos minuciosos productores de Labastida y de San Vicente de la Sonsierra, ante la atenta mirada de la sierra de Toloño.

Los viñedos con una edad de entre cero y cien años, tienen a la tempranillo de Rioja Alavesa como variedad reina. Las garnachas, blancas y tintas, la viura, los gracianos y la fantástica malvasía, plantada en la parcela más antigua, completan el abanico de las diferentes variedades.

La vendimia es nuestra meta de todos los años, lo que no hagamos en el campo ya no lo conseguiremos en bodega. El 70% de la recolección la llevamos a cabo en cajas de 15 kg y el resto en carros de 2.500 kg. De manera manual y si el tiempo lo permite, realizamos una vendimia lenta y muy tranquila.